
El lenguaje genético presente en el ADN de los árboles es el mismo lenguaje genético presente en el ADN de cualquier animal y es el mismo lenguaje genético presente en el ADN del ser humano. En la uniformidad de este lenguaje, en su precisión y en su codificación para ser legible y comprensible para todos, a pesar de que la evolución ha avanzado en diferentes direcciones y diferentes niveles, hay una evidencia clara de que el que la elaboró se pronunció con una ley y una ciencia. De modo que elaboró el lenguaje genético de una forma legislada que lo pone a salvo de los efectos constantes de la evolución, ya que tiene un diccionario preciso inmutable y suficiente que abarca todas las direcciones de la evolución. Podemos comprender la magnitud de esto a través de la comparación del lenguaje genético con nuestros lenguajes, que continuamente se vuelven más complejos, que son afectados por el entorno y que cambian con cada evolución que ocurre en nuestras vidas.
La ley de equilibrio en la selección
Ciertamente, la existencia de un sistema equilibrado claramente indica que hay quien tuvo la intención de ordenarlo de esta forma; porque la cuestión del equilibrio en un punto crítico no es un asunto menor. Al contrario, es un concepto muy preciso e importante, utilizado mucho por los diseñadores de sistemas de ingeniería.[1] Cuando se confirma su existencia, indica que detrás hay un organizador, ya que no se genera a partir de la aleatoriedad y del desorden, pues lo que carece de algo no puede darlo. Y hemos encontrado que el sistema de la evolución lo ha tenido, ya que en algunos casos brinda este equilibrio muy necesario, por ejemplo: la selección, en algunos casos, consiste en un resultado del equilibrio entre la selección sexual y la selección natural del medio ambiente y las condiciones, pues a veces, la selección sexual conduce al desarrollo de determinados órganos o a colorearlos como en el caso de la cola del ave viuda colicinta, o la cola del pavo real. Si esto se dejara solamente a la selección sexual no se detendría el crecimiento en estos órganos mientras la mutación genética y la variación proporcionen más y mientras las hembras prefieran este aumento en la longitud de la cola por lo cual el macho de cola larga tiene mayor suerte en trasmitir sus genes. Sin embargo, cuando este alargamiento ocurre como resultado de la selección sexual hasta el punto en el que la longitud de la cola se convierte en una desventaja para obtener alimento con facilidad o para escapar de un depredador, su costo se vuelve tan alto que representa la muerte del ser vivo de acuerdo a la selección natural del medio ambiente. Entonces la selección natural empuja en la dirección opuesta y en un determinado punto se consigue el equilibrio, deteniendo a la evolución en un estado de equilibrio.
Si no fuera por la selección sexual no habría evolución en esta dirección, tanto como que si no fuera por la selección natural no habría equilibrio en un punto ideal, es decir, que el sistema de la evolución funciona aquí como si fuera un dispositivo de ingeniería con una válvula de seguridad, como la válvula que colocan los ingenieros para controlar la cantidad de presión o el calor permitidos, pues una vez que la presión o el calor alcanzar el nivel específico permitido la válvula cierra la salida y no permite que la presión o el calor aumenten más, y si no estuviera esta válvula el dispositivo, el motor o la fábrica podrían explotar.
Debemos prestar atención a una cuestión importante, y es que, aunque seamos capaces de interpretar científicamente un acontecimiento en un entorno determinado, no significa que este entorno no esté legislado y sea aleatorio sin ningún objetivo ni causa externa, sino que únicamente hemos sido capaces de entender y conocer el plan jurídico en virtud del cual funciona este entorno.
¿Cómo vemos a Dios en su creación?
Otra forma de que veamos al legislador si encontramos la ley:
En realidad, nuestra inferencia por la ley de la existencia del legislador no se invalida porque no veamos al legislador; porque la existencia de la ley y la organización por sí solas son una evidencia de la existencia de un legislador y organizador, aunque no veamos por nosotros mismos a este legislador u organizador, nos basta con ser testigos y ver la organización y la ley como evidencias suyas. Un ejemplo: si hubiera vida muy inteligente en otro planeta distinto a la Tierra que quisiera dominar la Tierra por medio de computadoras y robots propios fabricados por ellos en la Tierra, enviarían un mensaje electrónico que fuera básicamente unos planos para producir computadoras avanzadas y robots avanzados de alta tecnología que nosotros no conocemos, como si fueran inteligentes en alguna medida. Al llegar a nosotros el mensaje electrónico accedería a través de la red de internet a las fábricas de producción de circuitos electrónicos, computadoras y robots, y completaría su acceso electrónicamente. Pero como hay otras cuestiones que interfieren en el proceso de ensamblado y producción, por ejemplo, nosotros, es de esperar que al aplicar el mensaje electrónico de la producción haya computadoras muy malas, computadoras defectuosas y otras regulares al lado de las supercomputadoras y los robots que el mensaje electrónico pretende producir. Si se produjeran supercomputadoras inteligentes y robots avanzados e inteligentes —siendo la inteligencia el resultado de sustancias químicas como sabemos— y estas dominaran la Tierra, el proceso de producción y construcción de forma completa, y viéramos este resultado sin saber de dónde viene su plan maquiavélico, entonces muchos de nosotros tal vez atribuyamos este fenómeno a errores en la fabricación de las computadoras nativas, a la red de internet o a algún virus que habrían entrado a los sistemas de las fábricas, etc. Tal vez se justifique este razonamiento porque ya han sido producidos computadoras y robots deficientes y regulares.
En realidad, esto es lo que hacen los teóricos ateos con la teoría de Darwin como el profesor Dawkins y quienes concuerdan con sus palabras. Pero cuando una persona razonable ve este resultado, lo analiza y lo estudia de forma lógica, se da cuenta por sus evidencias y señales, que detrás de ellas hay una organizador, un legislador que las promulgó y las envió para implementarlas en la Tierra con las posibilidades disponibles en la Tierra. La inteligencia es un objetivo, y un medio para lograrla son los elementos químicos conocidos disponibles en abundancia sobre la Tierra y con los cuales se forma el sistema nervioso.
[1] Como es el caso de un termostato, que regula la generación de calor a una temperatura determinada, de modo que si aumenta la temperatura se activan los sistemas de enfriamiento y si disminuye la temperatura se activan los sistemas de calentamiento para mantener siempre una temperatura fija adecuada, por ejemplo, para un producto, como en el proceso de fermentación industrial o para la vida de los organismos que viven en ese entorno.
Del libro La ilusión del ateísmo del Imam Ahmed Alhasan (a)